Puentes entre las generaciones: tercera edad en dos lugares del mundo
por Miriam Haller
Dra. Miriam Haller, investigadora especializada en la educación cultural en la vejez. Fue durante muchos años vicedirectora del Centro de Estudios Universitarios para la Tercera Edad y del Center for Aging Studies (CefAS) de la Universidad de Colonia (Alemania) y ha sido docente invitada de Geragogía en las universidades de Viena (Austria) y Fráncfort. Actualmente es docente de Geragogía Cultural en la Universidad de Ciencias Aplicadas Münster (Alemania). Desde 2019, es responsable de investigación en el Centre for Creative Ageing and Inclusive Arts (kubia) financiado por el Ministerio de Ciencia y Cultura del Estado de Renania del Norte-Westfalia (Alemania).
Río Negro
En diciembre de 2013, tuve la oportunidad de conocer y aprender, en Argentina, del proyecto "Abuelos Relatores". Desde 2006, el PAMI (Programa de Atención Médica Integral) venía llevando adelante un programa nacional con adultos mayores por la Identidad, la Memoria y la Inclusión Social. En 2010, firmó Convenios de Cooperación con la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, para el fortalecimiento del Programa y dotarlo de una mayor institucionalidad. En 2012, el PAMI, sede Neuquén, solicitó a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue –y en particular al Centro Patagónico de Estudios Latinoamericanos, dirigido por Laura Pollastri– firmar un acuerdo para realizar talleres, en el marco del Programa Abuelas Relatoras, para vincular la escritura y la memoria, dado que reconocía la trayectoria de este Centro en el dictado de talleres y actividades de escritura en diversos ámbitos de las provincias de Río Negro, Chubut y Neuquén (Argentina). El Centro Patagónico de Estudios Latinoamericanos sigue una concepción parecida a las actividades desarrolladas en Alemania que menciono más adelante: combina investigación y extensión; integra la perspectiva de los escritores, así como la de los lectores y editores; tiende puentes entre los paisajes literarios de Patagonia y las distintas generaciones de estudiantes, docentes, investigadores y público en general.
El Taller “Abuelos Relatores, la preservación de la memoria” fue dirigido por la Dra. Laura Pollastri y la Dra. Gabriela Espinosa, entre mayo y septiembre de 2013, y coordinado por la Esp. Noelia Soriano Burgués quien lo dictó junto a la Dra. Silvia Mellado, Prof. Laura Nuñez, Prof. Matías Sigot y Prof. Pablo Corcasi (integrantes del Centro Patagónico de Estudios Latinoamericanos). Tenía como objetivos: recuperar la palabra de las/os “antiguos”, revalorizando su rol como portadores/as de saberes en los tiempos actuales; apoyar la formación de adultos relatores y escritores de sus propias experiencias; propiciar el espacio colectivo del taller para la escritura y la reescritura de textos breves propios a partir del trabajo con la memoria; reflexionar sobre la propia lectura y escritura; sociabilizar la narración de la experiencia vivida en pos de trasmitirla a las futuras generaciones. El grupo de asistentes estaba compuesto por abuelos y abuelas que narraban, en distintos encuentros, sus propias elaboraciones escritas. Esta iniciativa conformó un espacio en donde sus integrantes se involucraban a través de la palabra oral promoviendo valores y la reflexión sobre los derechos, la ciudadanía y la memoria. El trabajo en los talleres de escritura contribuyó a dar forma de narración a los conocimientos y memorias de los mayores –incluido los que tienen dificultades para escribir y leer– preservar sus memorias y ponerlos a disposición de las generaciones más jóvenes. Lo que fue una forma de educación estética en torno a la creación literaria para los mayores sirvió también como educación cultural para los lectores y docentes más jóvenes, haciendo legible la memoria cultural que permite construir un puente de conocimiento cultural entre las generaciones tejido sobre la base de narraciones literarias.
Este Centro me extendió una invitación como conferencista, en el marco de dicho programa, que nos permitió aprovechar los puentes que la Dra. Laura Pollastri ya había construido con la Universidad de Colonia (Alemania) en varias estancias de investigación; y pudimos ampliarlos al campo de la Geragogía Cultural –que, por analogía con la Pedagogía Cultural, se ocupa de la educación cultural en la tercera edad.
Río Rin
Los Estudios Culturales sobre el envejecimiento se consideran inter y transdisciplinarios: tienden puentes entre distintas disciplinas académicas y trascienden los límites de la universidad. Construyen lazos hacia el público y las personas mayores dejan de ser objetos de investigación para percibirse como sujetos según la premisa: “Nada sobre nosotros sin nosotros”. Sin embargo, en las ciencias, estos cruces de fronteras también son vistos como peligrosos por algunos investigadores, al menos en el panorama de la investigación alemana:
Atravesar los límites institucionales acarrea un doble peligro: en primer lugar, porque uno encuentra ‘fuera’ lo inesperado, lo sorprendente, para lo que carece al principio de concepto y método, y en segundo lugar, porque, convertido así en un ‘ser transfronterizo’ (Grenzgänger), uno pierde el apego a la ‘institución de origen’; los seres transfronterizos infunden siempre sospechas y pueden elegir si prefieren más bien que se les burle, que se les menosprecie o que se les califique de traidores a la propia disciplina. (Peter Heintel, “Wege aus der Randständigkeit – ein Brückenschlag”, in: Rudolf-Christian Hanschitz/Esther Schmidt/Guido Schwarz (Hg.), Transdisziplinarität in Forschung und Praxis. Chancen und Risiken partizipativer Prozesse)
En las Humanidades, los estudios transdisciplinares prosiguen la tradición del Centre for Contemporary Cultural Studies (CCCS) fundado en 1964 en la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña). Los Estudios Culturales no se integran deliberadamente en una disciplina individual o un canon disciplinar, sino buscan de manera activa la vinculación transdisciplinar a la sociedad civil y los movimientos sociales. Pueden entenderse, de este modo, como enfoque investigativo culturalista que describe “la forma en que la vida cotidiana se define por y con la cultura, y [que] ofrece estrategias para superar sus cambios”.
La investigación de las imágenes de la vejez se ve dificultada en Alemania por un profundo cambio cultural. La invocación de que éstas sean positivas constituye uno de los topoi característicos del discurso gerontológico contemporáneo de habla alemana. Se nota una búsqueda exaltada de las llamadas imágenes nuevas y positivas de la vejez, que la muestren activa, joven, móvil, productiva e independiente. Estas nuevas imágenes están llamadas a sustituir la tradicional de la vejez como déficit físico y mental. Sin embargo, últimamente se asiste a una problematización progresiva de la normatividad implícita de semejantes imágenes presuntamente ‘positivas’: con la reevaluación aparente de la vejez mediante asignación de atributos como actividad, productividad, juventud y éxito se tematizan simultáneamente de modo implícito también la pasividad, la improductividad y el no éxito, con lo que se produce al mismo tiempo una devaluación y una exclusión de la otra cara omitida dentro de una normatividad bipolar. En consecuencia, se vislumbra un riesgo progresivo de devaluación moral de la inactividad voluntaria o no voluntaria también en la vejez. Contempladas desde esta perspectiva, las imágenes aparentemente positivas se antojan la manifestación de una coerción discursiva, que obedece al postulado neoliberalista de la actividad permanente y no deja más espacio a lo pasivo, improductivo, dependiente.
Dos de los grupos de proyecto para estudiantes de la tercera edad en Colonia (Alemania) estudiaron conmigo durante varios años la recreación de las imágenes de la vejez contemporánea y su normatividad implícita en la literatura y en el cine actuales. Indagamos si los textos literarios presentan narraciones alternativas que subvierten la lógica binaria de la narración del envejecer: o bien como relato de éxito o bien como relato de decrepitud. Se analizaron, entre otras, novelas de Gabriel García Márquez, Christa Wolf, Max Frisch, Louis Begley, J. M. Coetzee y Philip Roth, así como películas tales como ‘Ginger y Fred’ (de Federico Fellini), y ‘Amor’ (de Michael Haneke). En los resultados de los análisis, los estudiantes de la tercera edad concluyen que los textos literarios y las películas encierran igualmente la narración característica de éxito y decrepitud, aunque no en el sentido de una lógica binaria, sino una lógica ambivalente que oscila entre los dos polos. La multiperspectividad de los textos literarios cuestiona y problematiza así los juicios de valor del proceso de envejecimiento. Ambos grupos operan con métodos originarios del campo de las ciencias culturales: la narratología y el análisis cinematográfico. En el proyecto ‘Imágenes de la vejez en movimiento’ tenían la posibilidad de discutir los resultados de su trabajo en el ámbito de un proyecto de investigación intergeneracional dedicado al tema con los doctorandos de la escuela de graduados ‘Culturas del envejecer’ de la Universidad de Düsseldorf.
Los resultados del proyecto están publicados en la revista ‘Querformat’, que he editado con Dra. Sabine Kampmann y Dr. Thomas Küpper. Este cuaderno de ‘Querformat’ es polifónico: reúne diferentes posturas artísticas, de diseño, arte y estudios culturales. Sabine Kampmann, Miriam Haller, Thomas Küpper (ed.): Altern. Themenheft der Zeitschrift ‚Querformat. Zeitschrift für Zeitgenössisches, Kunst, Populärkultur‘, Heft 7, 2014 (transcript)
El diálogo intergeneracional contribuyó mucho a la polifonía: por parte de los jóvenes, participaron estudiantes de doctorado de la iniciativa de investigación “Age(s) as Cultural Conception and Practice” de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, así como estudiantes de diseño de la Universidad de Ciencias Aplicadas Rin-Waal. Estos grupos se vincularon como investigadores en los años intermedios de la vida e intercambiaron con nosotros comentarios y sugerencias sobre las contribuciones, las secciones de imágenes y la visualización del tema; se iniciaron intensos debates. Para esto proyectos contamos con el apoyo del fondo “Kulturelle Bildung im Alter” del Estado Federado de Renania del Norte-Westfalia, supervisado por el Centre for Creative Ageing and Inclusive Arts (kubia).
“El siglo veinte, ya concluido, descubre la existencia y la presencia de los adultos mayores en las sociedades humanas; el siglo veintiuno deberá ser el de la reinserción de estos mismos mayores y los que vendrán en el sentido más integral de la palabra”, dice el gerontólogo argentino Leonardo Strejilevich (2004). Entendimos, en el intercambio, que en Alemania tenemos que tejer más puentes para bajar las barreras de acceso a la formación cultural de la tercera edad. Esta última tiene que perder de vista los complejos enredos interseccionales entre las dimensiones de la diversidad, que aumentan ostensiblemente las barreras de acceso de muchas personas mayores a la oferta cultural y a la educación cultural. También en el caso de las personas mayores, diversas exclusiones interactúan y aumentan con una edad más avanzada. Entre los grupos que corren un alto riesgo de exclusión se encuentran: personas con dificultades para leer y escribir u otras desventajas educativas, el grupo cada vez más numeroso afectadas por la pobreza en la vejez –entre las que se encuentran en Alemania especialmente las mujeres y personas de origen inmigrante–, aquellos que tienen discapacidades y necesidades asistenciales, y el grupo también cada vez más numeroso de personas con demencia. La participación cultural ha demostrado tener efectos positivos en la salud, el bienestar y la participación social de las personas mayores y está garantizada por los Derechos Humanos universales (Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 27, 1).