La Patagonia.
¿La Pampa y Carmen de Patagones son parte de la Patagonia?
por Graciela Blanco
Profesora y Licenciada en Historia por la Universidad Nacional del Comahue y Doctora en Historia por la Universidad Nacional de La Plata.
Investigadora independiente del CONICET en el Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales (IPEHCS-CONICET-UNCo).
Docente del área de Historia Argentina (siglos XIX y XX) de la Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Comahue. Integra equipos de trabajo que abordan la historia económica regional, la conflictividad de actores sociales individuales y colectivos con el Estado y con los privados en relación a la explotación de los recursos naturales en la Patagonia, y la generación y reproducción de desigualdades en ese marco.
Ha publicado numerosos artículos y capítulos y coordinado libros referidos a sus temáticas de investigación.
Correo electrónico: graciela.blanco47@gmail.com
La pertenencia de la provincia de La Pampa a la Patagonia es una realidad desde 1985, cuando se sancionó la ley 23.272. Lo mismo sucedió con el partido de Carmen de Patagones en 2004. Esta definición legal no parece ser muy conocida, o al menos aceptada, por la mayoría de la población nacida y criada en el sur.
Para entender qué motiva esa percepción es necesario retroceder en el tiempo y preguntarnos ¿qué es la Patagonia y qué significa formar parte de ella? La primera respuesta es que es un espacio geográfico ubicado en el extremo sur del continente americano; un espacio que posee características físicas y socioculturales que permiten pensarla en conjunto como una región, aunque es muy heterogénea en sus paisajes y en sus procesos históricos. Un espacio que tendría una primera diferenciación en la segunda mitad del siglo XIX, con la formación de los Estados nacionales de Chile y de la Argentina, al incorporarse al control soberano del primero la Patagonia al oeste de la cordillera de los Andes –bajo la denominación de la Araucanía – y del segundo la ubicada al este del macizo andino –llamada desde entonces Patagonia Argentina.
Fue en la previa al inicio de las campañas militares de ocupación del espacio patagónico lideradas por Julio Roca, con el violento avance sobre los pueblos originarios que lo habitaban, que se creó la Gobernación de la Patagonia. En 1878, la tensión con Chile por la ocupación de esta región llevó al gobierno de Avellaneda a sancionar la Ley 954 que disponía la creación de la mencionada Gobernación. Ésta comprendía la zona ubicada entre el río Colorado y el Cabo de Hornos, su capital se fijaba en Mercedes de Patagones –actual Viedma-, y se designaba al coronel Álvaro Barros como gobernador el 11 de octubre de ese año, fecha en la que se conmemora el Día de la Patagonia.
Luego del exterminio de gran parte de los pueblos originarios y del sometimiento de los que sobrevivieron a las campañas militares, se definió claramente la frontera política que distinguía la Patagonia argentina de Chile y se inició una reorganización interna. Era tan vasto el territorio que comprendía la Gobernación de la Patagonia que se decidió dividirla en unidades administrativas más pequeñas. Para ello se sancionó en 1884 la Ley 1.532, que establecía la conformación de los Territorios Nacionales; entre ellos los de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que hasta entonces integraban la mencionada Gobernación. Pese a la nueva organización político-administrativa, la Patagonia como espacio geográfico se siguió pensando con un límite, al norte, en los ríos Colorado y Barrancas. El Territorio Nacional de La Pampa, creado por la misma ley, no fue considerado parte de la Patagonia aun cuando compartían ciertas características naturales y culturales.
Por casi setenta años los Territorios Nacionales fueron administrados por el Estado nacional, hasta que durante la gestión de Juan Domingo Perón se transformó en provincia el territorio de La Pampa -1951- y unos años más tarde se sancionó la Ley 14.408 que convirtió a Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz en nuevas provincias. Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur recién alcanzaría esa condición en 1990. A finales de la década del cincuenta, en el marco de las políticas económicas de esos años, se creó la “región Comahue” a los efectos de la planificación del desarrollo económico y social. Esta región estaba integrada por las provincias de Río Negro, Neuquén y el partido de Patagones en el sur de la provincia de Buenos Aires; incorporándose en 1966 cuatro partidos de la provincia de La Pampa -Puelen, Cura Co, Lihuel Calel y Caleu Caleu. ¿Por qué estas provincias y no otras? Porque se entendía que compartían condiciones socioeconómicas que podían articularse, a partir del aprovechamiento del potencial hidroeléctrico de los ríos norpatagónicos, para la diversificación productiva y la promoción industrial de la región. Continuó utilizándose el nombre de Patagonia para el área conformada al sur por Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Se formaban “regiones” que no contemplaban el funcionamiento histórico, económico, social y cultural de cada uno de los espacios, por lo que resultarían ineficientes en el cumplimiento de sus propósitos.
En el imaginario social y en la proyección internacional –sobre todo en términos de paisajes y recursos naturales- la Patagonia siguió siendo visualizada y promocionada como el espacio del sur argentino cuyo límite norte son los ya mencionados ríos Colorado y Barrancas. No obstante, en setiembre de 1985 el área considerada patagónica se había ampliado con la sanción de la ley 23.272 que incorporaba a la provincia de La Pampa –no sólo algunos partidos. Esta ley impulsada por los representantes provinciales en el Congreso Nacional tenía como objetivo fortalecer sus posibilidades de alcanzar mejores condiciones para su desarrollo ante el gobierno federal y enfrentar a provincias históricamente centrales en la evolución socioeconómica del país por su peso poblacional y productivo.
Esta intención se potenció luego de la reforma de la Constitución Nacional de 1994, que facultaba a las provincias argentinas a crear regiones para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para cumplir esos fines. En esa línea, en junio de 1996 se reunieron los máximos referentes políticos de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur y dieron forma al Tratado Fundacional de la Región Patagónica, al que adhirieron todas las legislaturas provinciales. ¿El objetivo? Fomentar la cooperación entre las provincias patagónicas comportándose como bloque ante el gobierno federal y crear un Parlamento patagónico con legisladores provinciales. Pretendían reafirmar la identidad regional patagónica –que ahora claramente incluía a La Pampa-, y avanzar en acciones concretas de complementación que potenciaran su desarrollo y las incluyeran plenamente en el sistema federal. Esto implicaba fortalecer las autonomías provinciales en la determinación de las políticas nacionales, en la disponibilidad de sus recursos y en el incremento de su potencial productivo, conservando la existencia de beneficios diferenciales que sostuvieran el equilibrio regional.
También el partido de Patagones en el sudoeste bonaerense, cuya capital Carmen de Patagones sólo está separada de la capital rionegrina por el río, reclamaba su incorporación a la Patagonia. ¿Con qué argumentos? Con el de los antecedentes que históricamente lo habilitaban a considerarse parte de esa región, desde la creación misma de Carmen de Patagones por la corona española en abril de 1779. Desde 1820 con la conformación de la provincia de Buenos Aires y hasta la creación de la Gobernación de la Patagonia en 1878, el Partido de Patagones había tenido bajo su jurisdicción el territorio desde el río Colorado al Cabo de Hornos y desde los Andes al mar. Un siglo más tarde, la provincia de Buenos Aires sancionó la ley 12.322 de 1999 por la cual reconoció al Partido como parte integrante de la Patagonia Bonaerense, con beneficios promocionales e impositivos para las actividades productivas del área. Finalmente, su condición patagónica fue ratificada en 2004 mediante la Ley nacional 25.955. Desde entonces, el Partido de Patagones se sumó a las provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico sur, como miembros plenos de la Patagonia argentina.
Otro capítulo se abrirá si en algún momento se tratan los proyectos presentados en 2018 para incorporar a la región patagónica –y por ende a los regímenes promocionales– los departamentos de Malargüe, San Rafael y General Alvear de la Provincia de Mendoza.
Bandieri, S.(2005), Historia de la Patagonia, Sudamericana.
Blanco, G. (2004), “Una historia contemporánea”, Patagonia Educativa, Alfa-Milenio, 277-382.
Ley Nacional 23272. https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-23272-24013
Ley Provincia Buenos Aires 12322. https://intranet.hcdiputados-ba.gov.ar/includes/ley completa.php
Tratado fundacional de la región Patagónica, http://www.saij.gob.ar/LPZ0002443
Ley nacional 25.955. http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=101420